8 buenas obras creativas para alivianar una pandemia

Adrian Cruz García
9 min readJan 31, 2021

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Para quienes nos ha tocado un encierro espartano, la música y el cine han sido la tabla de flotación de la cordura. Comparto algunas de las obras más apreciadas, con trazos de su peculiar historia, por si a alguien le sirve para hacer un poco más llevadero lo que queda de pandemia.

FETCH THE BOLT CUTTERS (Fiona Apple, 2020)

En cole, Fiona Apple sufrió bullying. Un día, tras ser despreciada por un grupo de compañeras, se le acercó la joven afroamericana Shameika Stepney y le dijo: “linda, tienes potencial. No tienes que preocuparte por esas chicas. Ven y siéntate conmigo”. No hay que subestimar el poder de una palabra genuinamente amable en momentos de desolación. El gesto quedó grabado en Fiona, quien lo retomó a propósito de su quinto y último disco, ‘Fetch de Bolt Cutters’. Linda Kunhardt, la profesora de las chicas en aquellos años colegiales, fue quien le contó a Shameika que Fiona Apple le había dedicado una canción con su mismo nombre, en el aclamado disco. Pronto, las dos retomaron contacto después de tres décadas y hasta hicieron una colaboración musical juntas.

La entusiasta recepción de “Fetch the Bolt Cutters” no es casual. Fiona labró cuidadosamente cada canción por años, pero logrando plasmarlas con un aire espontáneo y hasta juguetón. La obra abunda en matices y detalles sonoros inesperados, aunque fue grabada en casa y con gente amiga. Lidia con temas duros, pero lo hace con alegría e irreverencia: “la maldad es un deporte de relevos en el que, quien ha sido quemado, se gira para pasar la antorcha”, canta con sabiduría en ‘Relay’. En las reseñas abundan comentarios de cómo el disco ha ayudado a elevar el ánimo durante la pandemia. Una obra de arte que impacte así a tanta gente, merece una escucha. O muchas.

DAVID BYRNE, AMERICAN UTOPIA (Spike Lee, 2020)

David Byrne es una institución cultural viviente. Como líder de Talking Heads, fue uno de los baluartes de la vibrante escena alternativa neoyorkina de los ochentas, cuya influencia resuena hasta hoy. Como solista, ha realizado colaboraciones maravillosas con gente tan variopinta como Annie Clark de St. Vincent, Brian Eno, o los salseros Celia Cruz y Johnny Pacheco. Y como gestor cultural, ha promovido las músicas del mundo con su sello Luaka Bop, con especial énfasis en África y Latinoamérica. Hoy, a sus 68 años, sigue activo… y de qué manera.

A inicios de 2020, montó el fabuloso espectáculo “American Utopia”, en el que repasó sus canciones más emblemáticas de la mano de un impresionante grupo multicultural de intérpretes, dialogando con la audiencia, y bailando intrincadas coreografías hiladas en una narrativa escénica sobre la utopía… o la distorsión de ésta. Spike Lee registró el montaje con fineza y fidelidad a la obra y el resultado es cautivante. Da igual no ser un fan de Byrne. El espectáculo es entretenidísimo y visualmente soberbio; todo un tratado de puesta en escena de buen gusto, donde nada sobra y todo aporta al conjunto. Al final, dan ganas de salir a bailar y a abrazar gente sin mascarilla.

ANOTHER ROUND (Thomas Vinterberg, 2020)

La última película de Thomas Vintenberg iba a ser actuada por su hija. Pero iniciado el rodaje, la joven falleció en un accidente de tránsito. Difícil imaginar siquiera, lo que puede provocar una tragedia semejante en el alma de un progenitor. Y uno daría por sentado que, como mínimo, ello daría al traste con la película. Pero lo que sucedió a continuación fue algo extraordinario. Los actores acuerparon al director, y como equipo, reivindicaron que lo mejor que podían hacer para honrar la memoria de la joven, era retomar el proyecto. Durante el rodaje, los colegas relevaron a Vinteberg cuando el dolor de la pérdida lo superó. Y dieron todo siempre que estuvo al frente. El resultado es una película que respira humanidad en cada fotograma, con un trabajo actoral admirable. Y como proceso creativo, es un monumento a lo que realmente importa en el arte: la inspiración, la solidaridad y la empatía. La película toca además un tema potente, como lo es la recurrencia de los hombres al alcohol como paliativo para evadir las heridas emocionales que nos atenazan. Un imperdible testimonio del poder transformador del arte.

LEUVEN CHANSONNIER, Vol.1 (Sollazo Ensemble, 2019)

Mezclado en un lote de objetos antiguos comprado por un comerciante de arte, apareció en 2014 el Cancionero de Lovaina, un compendio de 12 canciones profanas inéditas del siglo XV. Bart Deymut, director de la fundación Alamire, que valoró y adquirió la reliquia, sostiene que “ha pasado un siglo desde que un manuscrito musical de semejante importancia salió a la luz”. Tal es su valor.

Pero para los que no somos conocedores del tema, finalmente, lo más importante es la música. El ensamble Sollazo, especializado en repertorios del alto medioevo y temprano Renacimiento, fue fundado en Lovaina el mismo año del descubrimiento del cancionero. Bajo la dirección de la violinista Anna Danilevskaia, grabaron las canciones para ofrecerle al mundo la posibilidad de degustar esta carta de amor llegada de tiempos antiguos. Si en algún momento experimentan ansiedad, sírvanse poner cualquiera de esas piezas delicadas. Sentirán inmediatamente el alivio en cuerpo y mente. Un bálsamo sonoro para el espíritu, tal y como fue concebido hace más de cinco siglos.

THE CLIMB (Michael Angelo Covino, 2019)

Si hay algo que ayuda a superar los tiempos dramáticos, es la capacidad de reírse, y ojalá de uno mismo. Y para ello, nada mejor que el género de comedia, capaz de distanciarnos, al menos por un rato, de las incertidumbres que traen las crisis. ‘The Climb’ es una película independiente y pequeña, que quizás no esté en las listas más rimbombantes de lo mejor del año. Pero es justamente en su sencillez y falta de pretensión, que resulta memorable.

Con un humor ligero, pero fino e incisivo, relata la crónica de una amistad tan profunda como contradictoria, que da pie a parodiar el constantemente fallido intento de los hombres por emular algo parecido a la sororidad femenina. Lo mejor es que para ello, no le hace falta recurrir a la burla torpe, sino que se basta con retratar con justicia, a sus patéticos y entrañables personajes. Mención especial a sus geniales planos secuencia, tan precisos como graciosos. Una oportunidad, amigos, para reírnos de nuestra desconcertante masculinidad.

COLECTIV (Alexander Nanau, 2020)

El 30 de octubre de 2015, la sala de eventos rumana Colectiv, ardió en llamas durante un concierto. La tragedia no había sino empezado. En los meses siguientes, 35 supervivientes del incendio murieron mientras recibían tratamiento en los hospitales. Muy pronto, el periodista Catalin Tolontan, editor del periódico Sports Gazette, empezó a investigar, develando poco a poco, una nefasta red de corrupción política que tenía en ruina a un sistema público de salud que ya no era siquiera capaz de atender pacientes con quemaduras no letales. El cineasta rumano Alexander Nanau se apuntó a acompañar al equipo periodístico en su trabajo, creando un documental observacional fulminante, que desnuda la podredumbre política que prospera típicamente bajo las máscaras de legitimidad electoral los partidos tradicionales. Logra así, reivindicar la importancia crucial de ese periodismo investigativo comprometido con el bien público que escasea en tiempos de frivolidad mediática.

Si bien no es una obra que transmita alegría, ya que lidia con injusticias indignantes, sí alimenta la esperanza, mostrando a gente común honesta uniendo fuerzas para hacer temblar a políticos sucios, pero infinitamente más poderosos. Una prueba más de cómo el cine documental, desde las antípodas del panfleto propagandístico, puede ser un poderoso agente de fomento de la conciencia social y política.

THE CRAMPS’ FAVOURITES SONGS

‘The Cramps’ fueron una banda rockanrolera de culto surgida del encontronazo en 1976, de las fuerzas creativas del cantante y showman Lux Interior y la potente guitarrista Poison Ivy. Además de pareja y colegas musicales, compartían un amor obsesivo por la cultura popular norteamericana de los 50s y 60s, que alimentaba la peculiar estética de la que fueron pioneros: el psychobilly. En círculos melómanos, la erudición musical de Lux y Poison Ivy era legendaria, al punto que, tras la muerte del primero, se hicieron rigurosos esfuerzos por recopilar todas las canciones que el dúo había mencionado como favoritas a lo largo de una carrera de más de 3 décadas, en publicaciones, entrevistas o conversaciones con amistades.

El resultado es una masiva colección de 386 piezas, agrupadas en 13 volúmenes disponibles en Spotify bajo el nombre de ‘The Cramps Favourite Songs (Volume x)’. Cada tomo es una soberbia mezcla de géneros tan variados como el doo wop, twist, rockabilly, blues, country, punk, surf rock, bandas sonoras de películas clase B, rythm n’blues, folk, etc. Basta abrir cualquiera de esas listas y dar reproducción aleatoria, para encontrar alguna nueva canción favorita perdida en semejante repertorio de rarezas. Valga resaltar la utilidad de estos recopilatorios para arrancar el día y sorprenderse haciendo pasos de twist mientras se fríen unos huevos o se aplica el champú en la ducha.

GUNDA Y ESA GENTE PECULIAR DE SINGAPUR

Uno de estos fines de semana en que salía el sol tras días de frío temporal, inundaron el aire los gritos agónicos de un cerdo en la propiedad del vecino. Cesaron cuando lo interpelamos con severidad desde el patio y reportamos el incidente a la policía. No sabemos qué pasó con el animal. El tipo dice que lo transportaron a un lugar seguro, pero si lo hicieron, de seguro que fue para culminar la matanza. Tampoco sabemos si la policía finalmente se hizo presente. Lo que sí es un hecho es que el efecto emocional de escuchar esa desesperación agónica de un ser vivo, aún perdura.

El célebre documentalista ruso Victor Kossakovsky, experimentó de niño un trauma aún mayor por el sacrificio de uno de estos animales con el que se había encariñado de sobremanera. Vegetariano desde entonces, por años acarició un proyecto para retratar la vida de estas criaturas de granja, sin éxito. Con la llegada de Joaquin Phoenix como productor ejecutivo, finalmente vio la luz el documental “Gunda”, nombrado por la cerda protagonista. Aunque aún no está disponible para el público, quienes lo han visto hablan de su poder para cambiar la mirada. Pocas tareas más importantes para el arte en tiempos de devastación ambiental, que cultivar la empatía por los demás seres de la Naturaleza. Pero, cuando el cambio humano realmente se vuelve posible, es cuando arte y cultura se dan la mano con la ciencia.

Al joven holandés Willem Van Eelen, siendo prisionero de guerra en un campo de concentración japonés, le tocó padecer el hambre. A raíz de esa experiencia, empezó a gestar una idea que solo sería factible hasta los años noventa, con los avances en las tecnologías de clonación y de ingeniería de tejidos. En 2013, Van Eelen y su equipo presentaron la primera torta de carne cultivada en laboratorio de la historia. Su producción había costado un cuarto de millón de libras esterlinas, financiada por Sergei Brun, uno de los fundadores de Google. Según los catadores, sabía a verdadera carne.

Más de un cuarto de las tierras útiles del planeta se dedican a la ganadería, generando casi 15% de las emisiones de gases invernadero (similar al que produce todo el transporte mundial). Según publicó la revista Science en mayo de 2019, el 83% de la superficie cultivable global se destina a alimentar animales, una producción con la cual se podría erradicar el hambre del mundo. Pero lo peor es el sufrimiento inimaginable de los millones de seres que nacen, crecen y mueren en condiciones industriales infernales para satisfacer nuestros apetitos carnívoros. Para darse una idea del drama, de acuerdo con Kossakovsky, en el mundo cada año se matan 1.000 millones de cerdos, 50.000 millones de pollos, 500 millones de reses y 1.000.000 de millones de peces.

El hito en este campo es que finalmente, en 2020, Singapur se convirtió en el primer país del mundo en autorizar la venta de carne hecha en laboratorio a la empresa norteamericana Eat Just. Ya no hay marcha atrás. Es cuestión de tiempo para que estos productos, de la mano de generaciones jóvenes más sensibles frente al maltrato animal y demandantes de una alimentación libre de químicos dañinos, posibilite una producción masiva que haga el precio competitivo frente a los cárnicos tradicionales. Después del lanzamiento de las vacunas contra el Covid, esta es quizás una de las noticias tecnológicas más importantes, pues siembra la esperanza de un futuro en el que, aunque uno ya no esté para verlo, se garantice una alimentación para la humanidad libre de crueldad contra seres inocentes.

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Adrian Cruz García
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Written by Adrian Cruz García

Apegado al cine y adicto a la música. Gusta de impartir clases y ha hecho sus cosas audiovisuales. Escribe a ratos, porque no sabe tocar piano.

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