De épicas y tiranías
La didáctica de la escritura creativa, aconseja leer… y mucho. El creador y guionistas de Game of Thrones, parecen seguir a cabalidad el mandato.
No es casual que el más peligroso tirano de la serie, el Rey de la Noche, cumpla con la tríada de factores que George Orwell, en ‘1984’, proponía como semilla de los totalitarismos:
1-) la desnaturalización del lenguaje para que la gente no pueda pensar: los Caminantes Blancos han eliminado el lenguaje por completo.
2-) la represión del deseo sexual: para el Rey de la Noche, el sexo ni siquiera es necesario para la reproducción, pues crea zombis como churros sin que medie contacto físico.
3-) la supresión del conocimiento del pasado: su obsesión con eliminar al Cuervo de Tres Ojos (Bran) responde a la necesidad de borrar por completo la memoria del mundo. La muerte de la memoria, es la muerte de la civilización.
Tal perfil arquetípico del Tirano, pareciera justificar las muestras de euforia masiva que se registraron entre los fans en lugares tan disímiles como Estados Unidos o Brasil, cuando esta figura siniestra fue por fin aniquilada. Pero en esos mismos países, entre otros muchos, recientemente fueron elegidos gobernantes marcadamente autoritarios.
Así se suelen estrellar las buenas intenciones de la ficción de estimular la reflexión, contra el muro de la realidad, quedando reducida a simple entretenimiento. Por eso la comprensión racional resulta insuficiente para explicar la reciente tendencia social de identificación con proyectos políticos autoritarios y represivos. Habría que atender a factores emocionales para buscar otras respuestas. Según Hannah Arendt, este componente sería la soledad. Dice: “la experiencia de no pertenecer al mundo de ninguna forma, está entre las experiencias más radicales y desesperadas del ser humano”.
Es un sentimiento que está por ejemplo, en la raíz de la adscripción de jóvenes carentes de oportunidades y vínculos sociales o familiares sólidos, a salvajes pandillas como la Mara Salvatrucha, tal y como lo explora el magistral libro “El Niño de Hollywood” de los hermanos Martínez D’Aubuisson. Estos grupos criminales, ofrecen un sentido de pertenencia a un colectivo social, la pandilla, además de un fin de vida, la guerra. No es muy diferente a lo que ofrecía el Estado Islámico a los jóvenes que vivían su particular vacío existencial en el corazón de la Europa más privilegiada.
Posibles remedios: una educación basada en la empatía y el pensamiento crítico, y políticas para la promoción de la vinculación socio-afectiva. Nadie está redescubriendo la rueda, pero este tipo de propuestas tan cacareadas, siguen siendo asignaturas pendientes de los gobiernos de nuestra dolida América. Razón adicional para seguirlas trayendo a colación. No vaya a ser que la Larga Noche de nuestras democracias, se siga prolongando…
Fuente: Mason, Paul (2 may 2019). “Reading Arendt is not enough”. The New York review of Books. (https://www.nybooks.com/daily/2019/05/02/reading-arendt-is-not-enough/)